Marcos y Miguel Eguren, dos hermanos con raíces profundas en la Sonsierra riojana, depositarios del conocimiento y la tradición de una familia de viticultores desde 1870. De su padre, Guillermo Eguren, que se considera a sí mismo un “coleccionista de viñedos”, han heredado el amor y el respeto por la tierra que están en el centro de todo lo que hacen.

Este es un vino que nace de viñedos escogidos entre los más antiguos de la familia, donde las  variedades viura, malvasía y garnacha blanca están mezcladas, incluso con algo de calagraño.

Por supuesto, la elaboración tiene que ser muy cuidada para culminar con una larguísima crianza ¡de más de 10 años en barrica! La producción es pequeñísima: tan solo 2-3 barricas de cada añada.

Tras la evolución de la primera añada 2008 –que presentamos el año pasado– concluyeron que por fin les transmitía la emoción que estaban buscando en este vino. Hay añadas que no llegan a la excelencia y no se comercializan y hay otras, como esta del 2010, que son mágicas.

Marcos Eguren afirma: “Con este vino intentamos transmitir la pureza de un blanco de la Sonsierra, con un envejecimiento y una vida por delante que nos va a superar a nosotros”.